- "traigo en una mano la rama de olivo y en la otra un fusil, no permitan que deje caer el olivo" (yasser arafat, discurso en la onu, 1974).

día 1/30

Posted: miércoles, 7 de octubre de 2009 | Periodisteado por Óscar Daniel Balderas Méndez |

este es el primer post que hago para una bitácora que muchos saben ya de qué trata.
es un seguimiento corto, pero completo, que quiero hacer sobre los efectos secundarios del tratamiento al que estaré sometido por un mes. tiene una doble intención: por una parte, reunir evidencia pragmática de los estragos del medicamento y, por otra, tirar un mensaje en una botella al mar, en espera de desahogo.

es 7 de octubre y es mi primer día. debo decir que, aunque me advirtieron que sería un proceso tortuoso, no pensé que tanto. me levanté tan mareado como si alguien me hubiera dado vueltas en la cama toda la madrugada. apenas puse un pie en el suelo, corrí a vomitar. por supuesto, he comido poco, así que no salió mucho.

tengo náuseas, dolor de cabeza y un mareo sólo equivalente a una resaca de veinte caballos de tequila (yo lo sabré bien...). es tanto el malestar que usé mi loción favorita en la camisa y tuve que cambiarme de ropa; no soporto olores fuertes.

ir en transporte público al trabajo fue un suplicio: la combi encierra un olor matutino que la medicina potencializa y provoca náuseas. tener olfato de sabueso en estas condiciones es una maldición. perfumes, lociones, cremas, todo me da asco. ni se diga la combinación de hedores con los tumbos que da la carcacha por los baches de santa úrsula, coyoacán. uno siente que acaba de bajar del vudú de six flags después de 20 raciones de nachos con carne.

el paradero del metro es otra cosa: huele a fritangas, aceite quemado, longaniza barata y carne podrida. nunca antes me había molestado el olor, pero hoy sí. caminar también es difícil; las articulaciones duelen, como primer día de gimnasio, y siento las palmas de las manos y las plantas de los pies calientes, como planchas que alisan el suelo.

apenas va mediodía. dicen que lo peor es la segunda semana. veremos de qué estoy hecho.

apunte para el espíritu: si ella no se pierde en el camino, yo tampoco. su fuerza admirable me obliga a tener buen humor.

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